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La doctrina de La Trinidad (página 2)




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La teología de
Tertuliano

Tertuliano (c. 160 a 230 E.C.) fue el primero que
usó la palabra latina trinitas. Como hace notar
Henry Chadwick, Tertuliano propuso que Dios es ‘una
sustancia que consiste en tres personas’25. Con
todo, eso no significa que pensaba en tres personas
coiguales y coeternas. No obstante, sus ideas
constituyeron la base sobre la cual escritores posteriores fueron
formando la doctrina de la Trinidad.

El concepto que
Tertuliano tenía del Padre, el Hijo y el espíritu
santo era muy diferente de la Trinidad de la cristiandad,
pues él era subordinacionista. Consideraba que el Hijo
estaba subordinado al Padre. En Against Hermogenes
(Contra Hermógenes) escribió:

"No debemos suponer que haya algún otro ser
aparte de Dios que no sea engendrado ni creado. […]
¿Cómo puede ser que algo, excepto el Padre, sea
más viejo, y a causa de esto más noble, que el Hijo
de Dios, la Palabra unigénita y primogénita? […]
Ese [Dios] que no requirió un Hacedor para darle
existencia, estará mucho más elevado en
categoría que ese [el Hijo] que tuvo un autor que lo trajo
a la existencia"26.

También, en Against Praxeas (Contra
Práxeas) muestra que el
Hijo es diferente del Dios Todopoderoso y está subordinado
a él cuando dice:

"El Padre es la sustancia completa, pero el Hijo es una
derivación y porción del entero, como Él
Mismo reconoce: ‘Mi Padre es mayor que yo’. […]
Así que el Padre es distinto del Hijo, por ser mayor que
el Hijo, en la medida en que Aquel que engendra es uno, y Aquel a
quien se engendra es otro; también, Aquel que envía
es uno, y Aquel a quien se envía es otro; y de nuevo,
Aquel que hace es uno, y Aquel mediante el cual se hace la cosa
es otro"27.

Tertuliano, en Against Hermogenes, declara
además que hubo un tiempo en que
el Hijo no existía como persona, lo cual
muestra que no consideraba que el Hijo fuera un ser eterno en el
mismo sentido que lo era Dios28. El cardenal Newman
dijo: "A Tertuliano se le debe considerar heterodoxo [que
creía en doctrinas no ortodoxas] en la doctrina de la
generación eterna de nuestro Señor"29.
Respecto a Tertuliano, el señor Lamson declara:

"Esta razón, o Logos, como lo llamaban los
griegos, se transformó después, como creía
Tertuliano, en la Palabra, o el Hijo, es decir, un ser real, que
había existido desde la eternidad solo como un atributo
del Padre. Sin embargo, Tertuliano le atribuyó una
categoría subordinada respecto al Padre […]

"Juzgado según cualquier explicación
aceptada de la Trinidad en este tiempo, el intento de salvar a
Tertuliano de condenación [como hereje] sería
inútil. Él no podría aguantar la prueba ni
un momento"30.

Ninguna Trinidad

Si usted fuera a leer todas las palabras de los
apologistas, hallaría que, aunque en algunos aspectos
ellos se desviaron de las enseñanzas de la Biblia, ninguno
enseñó que el Padre, el Hijo y el espíritu
santo fueran coiguales en eternidad, poder,
posición y sabiduría.

Esto también es así en el caso de otros
escritores de los siglos segundo y tercero, como Ireneo,
Hipólito, Orígenes, Cipriano y Novaciano. Aunque
algunos llegaron a equiparar al Padre con el Hijo en ciertos
detalles, en otros aspectos consideraron que el Hijo estaba
subordinado al Dios Padre. Y ninguno de ellos siquiera
especuló que el espíritu santo fuera igual al Padre
y al Hijo. Por ejemplo, Orígenes (c. 185 a 254 E.C.)
declara que el Hijo de Dios es "primogénito […]
de toda la creación" y que las
Escrituras "saben de El que es más viejo que todas las
criaturas"31.

Una lectura
objetiva de esas autoridades eclesiásticas primitivas
muestra que la doctrina de la Trinidad que la cristiandad
enseña no existía en el tiempo de ellas. Como dice
The Church of the First
Three Centuries:

"La doctrina popular moderna de la Trinidad […] no
deriva apoyo alguno del lenguaje de
Justino: y esta observación puede extenderse a todos los
Padres Antenicenos; es decir, a todos los escritores cristianos
por tres siglos después del nacimiento de Cristo. Es
verdad que ellos hablan acerca del Padre, el Hijo y el
Espíritu santo o profético, pero no como si fueran
coiguales, ni como si fueran una sola esencia numérica, ni
como Tres en Uno, en cualquiera de los sentidos
admitidos ahora por los trinitarios. Precisamente lo contrario es
la realidad. La doctrina de la Trinidad, como la explicaron esos
Padres, era esencialmente diferente de la doctrina moderna.
Afirmamos esto como un hecho tan demostrable como cualquier hecho
en la historia de
las opiniones humanas"32.

En realidad, antes del tiempo de Tertuliano ni siquiera
se mencionó la Trinidad. Y la Trinidad
‘heterodoxa’ de Tertuliano fue muy diferente de la
creencia actual. Entonces, ¿cómo se
desarrolló la doctrina de la Trinidad según se
entiende en la actualidad? ¿Fue en el Concilio de Nicea en
325 E.C.? Examinaremos estas cuestiones en la Parte 4 de esta
serie, en un número futuro de La
Atalaya.

Referencias

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La
Iglesia y la
Trinidad

‘Si la Trinidad no es enseñanza bíblica,
¿cómo llegó a ser doctrina de la
cristiandad?’. Muchos creen que fue formulada en el
Concilio de Nicea en 325 E.C.

Pero eso no es totalmente correcto. El Concilio de Nicea
sí aseguró que Cristo era de la misma sustancia que
Dios, lo que colocó la base para la teología
trinitaria posterior. Pero no estableció la Trinidad, pues
en aquel concilio no se dijo que el espíritu santo fuera
la tercera persona de una Deidad trina y una.

El papel de Constantino
en Nicea

POR muchos años había habido mucha
oposición, sobre base bíblica, al desarrollo de
la idea de que Jesús fuera Dios. En un esfuerzo por
resolver la disputa, el emperador romano, Constantino,
convocó a todos los obispos a Nicea. En realidad
asistieron alrededor de 300, una fracción del
total.

Constantino no era cristiano. Supuestamente se
convirtió más tarde en la vida, pero no se
bautizó sino hasta que se hallaba en su lecho de muerte. Henry
Chadwick dice sobre él en The Early
Church (La iglesia primitiva): "Constantino, como su
padre, adoraba al Sol Invicto; […] su conversión no
debería interpretarse como una experiencia interna de la
gracia […] Fue asunto militar. Él nunca
comprendió muy claramente la doctrina cristiana, pero
estaba seguro de que la
victoria en el combate venía como dádiva del Dios
de los cristianos".

¿Qué papel desempeñó en el
Concilio de Nicea aquel emperador no bautizado? La
Encyclopædia Britannica relata: "Constantino
mismo presidió y dirigió activamente las
discusiones y personalmente propuso […] la fórmula
decisiva que expresaba la relación de Cristo con Dios en
el credo que el concilio emitió, que es
‘consustancial con el Padre’ […] Impresionados por
el emperador, los obispos —con solo dos excepciones—
firmaron el credo, aunque muchos de ellos no estaban muy
inclinados a hacerlo".

Por lo tanto, el papel de Constantino fue
crítico. Después de dos meses de enconado debate
religioso, aquel político pagano intervino y
decidió a favor de los que decían que Jesús
era Dios. Pero ¿por qué? Ciertamente no fue por
convicción bíblica. "Básicamente,
Constantino no entendía nada de las preguntas que se
hacían en teología griega", dice A
Short History of Christian
Doctrine. Lo que sí entendía era que aquella
división religiosa era una amenaza para su imperio, y
él quería fortalecer su dominio.

Sin embargo, ninguno de los obispos reunidos en Nicea
promovió una Trinidad. Decidieron solamente sobre la
naturaleza de
Jesús, pero no el papel del espíritu santo. Si la
Trinidad hubiera sido claramente una verdad bíblica,
¿no deberían haberla propuesto entonces?

Sigue el desarrollo

DESPUÉS de Nicea los debates sobre este asunto
siguieron por décadas. Por un tiempo hasta se
volvió a favorecer a los que creían que
Jesús no era igual a Dios. Pero después el
emperador Teodosio decidió contra ellos. Estableció
el credo del Concilio de Nicea como la norma para su dominio y
convocó el Concilio de Constantinopla en 381 E.C. para
aclarar la fórmula.

Aquel concilio concordó en colocar al
espíritu santo en el mismo nivel de Dios y de Cristo. Por
primera vez empezó a perfilarse la enseñanza
trinitaria de la cristiandad.

Sin embargo, ni siquiera después del Concilio de
Constantinopla llegó la Trinidad a ser un credo
extensamente aceptado. Muchos se oponían a él, y se
atraían por ello violenta persecución. Solo en
siglos posteriores fue formulada la Trinidad en credos fijos. The
Encyclopedia Americana dice: "El desarrollo pleno del
trinitarismo tuvo lugar en Occidente, en el escolasticismo de la
Edad Media,
cuando se quiso dar una explicación en términos
filosóficos y sicológicos".

El Credo de
Atanasio

LA TRINIDAD fue definida en términos más
completos en el Credo de Atanasio. Atanasio era un clérigo
que había apoyado a Constantino en Nicea. El credo que
lleva su nombre declara: "Adoramos a un solo Dios en Trinidad
[…] El Padre es Dios, el Hijo es Dios y el Espíritu
Santo es Dios; y sin embargo no hay tres dioses, sino un solo
Dios".

No obstante, ciertos eruditos bien informados concuerdan
en que Atanasio no compuso ese credo. The New
Encyclopædia Britannica comenta: "La Iglesia
Oriental no conoció el credo sino hasta el siglo XII.
Desde el siglo XVII los eruditos en general han concordado en que
el Credo de Atanasio no fue escrito por Atanasio (quien
murió en 373), sino que probablemente fue compuesto en el
sur de Francia
durante el siglo V. […] La influencia de ese credo parece
haberse visto principalmente en el sur de Francia y en España en
los siglos VI y VII. Se usó en la liturgia de la iglesia
en Alemania en el
siglo IX y algún tiempo después en Roma".

Por eso, pasaron siglos desde el tiempo de Cristo antes
de que la Trinidad fuera aceptada extensamente en la cristiandad.
Y en todo esto, ¿qué guió las decisiones?
¿Fue la Palabra de Dios, o razones clericales y políticas?
En su libro
Origin and Evolution of
Religion, E. W. Hopkins contesta: "La definición
ortodoxa final de la Trinidad fue principalmente un asunto de
política
eclesiástica".

Se predijo la
apostasía

ESTA lamentable historia de la Trinidad corresponde con
lo que Jesús y sus apóstoles predijeron que
sucedería después del tiempo de ellos. Dijeron que
habría una apostasía, una desviación,
un apartarse de la adoración verdadera
hasta el
regreso de Cristo, cuando se restauraría la
adoración verdadera antes del día de
destrucción que Dios ha fijado para este sistema de
cosas.

Respecto a ese "día", el apóstol Pablo
dijo: "No vendrá a menos que primero venga la
apostasía y el hombre del
desafuero quede revelado". (2 Tesalonicenses 2:3, 7.) Más
tarde, predijo: "Después de mi partida, se
introducirán entre vosotros lobos crueles que no
perdonarán al rebaño; y también […] de
entre vosotros mismos se levantarán hombres y
hablarán cosas perversas, para arrastrar a los
discípulos detrás de sí". (Hechos 20:29, 30,
BJ.) Otros discípulos de Jesús
también escribieron acerca de esta apostasía con su
clase clerical
‘desaforada’. (Por ejemplo, véanse 2 Pedro
2:1; 1 Juan 4:1-3; Judas 3, 4.)

Pablo también escribió: "Porque
vendrá un tiempo en que los hombres no soportarán
la doctrina sana, sino que, arrastrados por sus propias pasiones,
se harán con un montón de maestros por el prurito
de oír novedades; apartarán sus oídos de la
verdad y se volverán a las fábulas".
(2 Timoteo 4:3, 4, BJ.)

Jesús mismo explicó lo que había
detrás de aquel desviarse en apostasía de la
adoración verdadera. Dijo que él había
sembrado buenas semillas, pero que el enemigo, Satanás,
sobresembraría mala hierba en el campo. Así, junto
con los primeros brotes del trigo apareció también
la mala hierba. Sí, habría de esperarse una
desviación del cristianismo
puro hasta la siega, cuando Cristo rectificaría la
situación. (Mateo 13:24-43.) The
Encyclopedia Americana da este comentario: "El
trinitarismo del siglo IV no reflejó con exactitud la
enseñanza del cristianismo primitivo respecto a la
naturaleza de Dios; al contrario, fue un desviarse de aquella
enseñanza". Entonces, ¿qué origen tuvo esta
desviación? (1 Timoteo 1:6.)

Lo que influyó

POR todo el mundo de la antigüedad, hasta
allá en los tiempos remotos de Babilonia, era común
la adoración de dioses paganos agrupados en tres, o
tríadas. Aquella influencia también dominó
en Egipto,
Grecia y Roma
en los siglos antes, durante y después de Cristo. Y tras
la muerte de
los apóstoles aquellas creencias paganas empezaron a
invadir el cristianismo.

El historiador Will Durant dijo: "El cristianismo no
destruyó el paganismo; lo adoptó
. […] De
Egipto vinieron las ideas de una trinidad divina". Y en el libro
Egyptian Religion, Siegfried Morenz señala:
"Los teólogos egipcios estaban muy interesados en la
trinidad […] Se combina y trata a tres dioses como si fueran un
solo ser, a quien se habla en singular. De ese modo la fuerza
espiritual de la religión egipcia
muestra un enlace directo con la teología
cristiana".

Así, en Alejandría, Egipto,
clérigos de fines del siglo III y de principios del
IV, como Atanasio, reflejaron aquella influencia cuando
formularon ideas que prepararon el camino para la Trinidad. Su
propia influencia se esparció, y por eso Morenz ve "la
teología alejandrina como intermediaria entre el legado
religioso egipcio y el cristianismo".

En el prólogo de la obra de Edward Gibbon
History of Christianity leemos: "Si el
cristianismo conquistó el paganismo, también es
cierto que el paganismo corrompió el cristianismo. La
Iglesia de Roma cambió el deísmo puro de los
primeros cristianos […] en el dogma incomprensible de la
trinidad. Conservó como dignos de creerse muchos de los
dogmas paganos, inventados por los egipcios e idealizados por
Platón".

A Dictionary of Religious
Knowledge señala que muchos dicen que la Trinidad
"es una corrupción
tomada de las religiones paganas e
injertada en la fe cristiana". Y The Paganism
in Our Christianity declara: "El origen de
la [Trinidad] es enteramente pagano".

Así, en la Encyclopædia of
Religion and Ethics James Hastings
escribió: "En la religión de la India, por
ejemplo, nos encontramos con el grupo
trinitario de Brahma, Siva y Visnú; y en la
religión egipcia con el grupo trinitario de Osiris, Isis y
Horus […] Tampoco es únicamente en las religiones
históricas donde se considera a Dios una Trinidad. Uno
recuerda en particular el punto de vista neoplatónico de
la Realidad Suprema o Final", que "se representa como una
tríada". ¿Qué tiene que ver el
filósofo griego Platón con
la Trinidad?

El platonismo y la Trinidad

SE CREE que Platón vivió desde 428 hasta
347 antes de Cristo. Aunque no enseñó la Trinidad
en su forma actual, sus filosofías prepararon el camino
para tal enseñanza. Después surgieron movimientos
filosóficos que incluyeron creencias en tríadas,
sobre las cuales ejercieron influencia las ideas de Platón
acerca de Dios y la naturaleza.

El diccionario
francés Nouveau Dictionnaire
Universel dice de la influencia de Platón: "La
trinidad de Platón, en sí meramente un
rearreglo de trinidades más antiguas que se
remontan hasta pueblos más primitivos, parece ser la
trinidad racional de atributos de índole
filosófica que dio origen a las tres hipóstasis o
personas divinas respecto a las cuales enseñan las
iglesias cristianas. […] El concepto de la divina
trinidad que tuvo este filósofo griego […] puede
encontrarse en toda religión antigua [del
paganismo]".

The New Schaff-Herzog
Encyclopedia of Religious Knowledge
(Nueva enciclopedia de conocimiento
religioso Schaff-Herzog) muestra la influencia de aquella
filosofía griega: "Las doctrinas del Logos y de la
Trinidad recibieron su forma de Padres griegos, quienes […]
estuvieron bajo intensa influencia —fuera directa o
indirectamente— de la filosofía platónica
[…] No se puede negar que de esta fuente entraron errores y
corrupciones en la Iglesia".

The Church of the
First Three Centuries dice: "La doctrina de
la Trinidad fue formándose gradualmente en tiempos
comparativamente tardíos; […] se originó de una
fuente enteramente diferente de las Escrituras judías y
cristianas: […] las manos de los Padres que impusieron la
influencia de Platón la desarrollaron y la injertaron en
el cristianismo".

Para fines del siglo III el "cristianismo" y las nuevas
filosofías platónicas se unieron de manera
inseparable. Como declara Adolf Harnack en Outlines
of the History of Dogma
(Esquemas de la historia de los dogmas), la doctrina
eclesiástica llegó a estar "firmemente arraigada en
el terreno del helenismo [el
pensamiento
griego pagano]. Por consiguiente, llegó a ser un misterio
para la gran mayoría de los cristianos".

La iglesia alegó que sus nuevas doctrinas estaban
basadas en la Biblia. Pero Harnack dice: "En realidad
legitimó dentro de sí la especulación
helénica, los puntos de vista supersticiosos y las
costumbres de la adoración misteriosa pagana".

En el libro A Statement of
Reasons (Declaración de razones), Andrews Norton
dice de la Trinidad: "No podemos hallar la historia de esta
doctrina ni descubrir su fuente en la revelación
cristiana, sino en la filosofía platónica […] La
Trinidad no es doctrina de Cristo ni de sus Apóstoles,
sino una ficción de la escuela de los
platónicos posteriores".

Así, en el siglo IV E.C. la apostasía que
predijeron Jesús y los apóstoles floreció
plenamente. El desarrollo de la Trinidad fue solo una
manifestación de esto. Las iglesias apóstatas
también empezaron a abrazar otras ideas paganas, como las
de un infierno de fuego, la inmortalidad del alma y la
idolatría. En sentido espiritual, la cristiandad
había entrado en sus predichos tiempos de oscuridad,
dominada por una creciente clase clerical.

EN EL año 325 E.C., el emperador romano
Constantino convocó un concilio de obispos en la ciudad de
Nicea, Asia Menor. Su
objetivo era
zanjar las continuas disputas religiosas sobre la relación
del Hijo de Dios con el Dios Todopoderoso. Respecto a los
resultados de ese concilio, la Encyclopædia
Britannica dice:

"Constantino mismo presidió y dirigió
activamente las discusiones y personalmente propuso […] la
fórmula decisiva que expresaba la relación de
Cristo con Dios en el credo que el concilio emitió, que es
‘consustancial
[ho·mo·óu·si·os] al
Padre’. […] Impresionados por el emperador, los obispos
—con solo dos excepciones— firmaron el credo, aunque
muchos de ellos no estaban muy inclinados a
hacerlo"1.

¿Se debió la intervención de ese
gobernante pagano a sus convicciones bíblicas? No. El
libro A Short History of
Christian Doctrine (Breve historia de la doctrina
cristiana) declara: "Básicamente, Constantino no
entendía nada de las preguntas que se hacían en
teología griega"2. Lo que sí
entendía era que las disputas religiosas amenazaban la
unidad de su imperio, y quería zanjarlas.

¿Estableció la
doctrina de la Trinidad?

¿Estableció o confirmó la Trinidad
como una doctrina de la cristiandad el Concilio de Nicea? Muchas
personas suponen que así fue. Pero los hechos muestran lo
contrario.

El credo que ese concilio promulgó ciertamente
sostuvo varias ideas acerca del Hijo de Dios que
permitirían a diversos clérigos considerarlo en
cierto modo igual al Dios Padre. Sin embargo, es instructivo ver
lo que no dijo el Credo de Nicea. Según se publicó
originalmente, el credo entero decía:

"Creemos en un solo Dios Padre omnipotente, creador de
todas las cosas, de las visibles y de las invisibles; y en un
solo Señor Jesucristo Hijo de Dios, nacido
unigénito del Padre, es decir, de la sustancia del Padre,
Dios de Dios, luz de luz, Dios
verdadero de Dios verdadero, engendrado, no hecho, consustancial
al Padre, por quien todas las cosas fueron hechas, las que hay en
el cielo y las que hay en la tierra, que
por nosotros los hombres y por nuestra salvación
descendió y se encarnó, se hizo hombre,
padeció, y resucitó al tercer día,
subió a los cielos, y ha de venir a juzgar a los vivos y a
los muertos. Y en el Espíritu
Santo"3.

¿Dice este credo que Padre, Hijo y
espíritu santo son tres personas en un solo Dios?
¿Dice que los tres son iguales en eternidad, poder,
posición y sabiduría? No, no lo dice. No contiene
ninguna fórmula de tres en uno. El Credo de Nicea original
no estableció ni confirmó la Trinidad.

Como mucho, ese credo iguala al Hijo con el Padre cuando
dice que el Hijo es "consustancial" a él. Pero no afirma
nada parecido acerca del espíritu santo. Lo único
que dice es que "creemos […] en el Espíritu Santo". Esa
no es la doctrina de la Trinidad que enseña la
cristiandad.

Ni siquiera la expresión clave "consustancial"
(ho·mo·óu·si·os) quiso
decir necesariamente que el concilio creía en una igualdad
numérica de Padre e Hijo. La New Catholic
Encyclopedia informa:

"Es dudoso que el Concilio tuviera la intención
de confirmar la identidad
numérica de la sustancia de Padre e
Hijo"4.

Aunque el concilio hubiera querido decir que el Hijo y
el Padre eran uno numéricamente, todavía no
habría una Trinidad. Solo habría un Dios de dos en
uno, no de tres en uno como lo precisa la doctrina de la
Trinidad.

"El punto de vista de
una minoría"

En Nicea, ¿creían los obispos en general
que el Hijo era igual a Dios? No, había puntos de vista en
conflicto. Por
ejemplo, uno de ellos lo representaba Arrio, quien
enseñaba que el Hijo había tenido un comienzo
finito en el tiempo y por lo tanto no era igual a Dios, sino que
estaba subordinado en todo sentido. Por otro lado, Atanasio
creía que el Hijo era igual a Dios en cierto modo. Y
había otros puntos de vista.

Martin Marty declara en cuanto a la decisión que
el concilio tomó respecto a considerar que el Hijo era de
la misma sustancia (consustancial) que Dios: "Nicea en realidad
representó el punto de vista de una minoría; el
acuerdo fue molesto e inaceptable para muchos que no
compartían el parecer"5. De igual manera, el
libro A Select Library of
Nicene and Post-Nicene Fathers
of the Christian Church (Biblioteca
escogida de padres nicenos y posnicenos de la iglesia cristiana)
menciona que "solo una minoría adoptó la
posición doctrinal formulada con claridad que contrastaba
con el arrianismo, aunque tal minoría
triunfó"6. Y A Short
History of Christian Doctrine
indica:

"Lo que a muchos obispos y teólogos del Oriente
les pareció especialmente censurable fue el concepto que
Constantino mismo introdujo en el credo, el homoousios
["consustancial"], que en la contienda posterior entre la
ortodoxia y la herejía llegó a ser objeto de
disensión"7.

Las controversias perduraron después del concilio
por décadas. Los que favorecían la idea de igualar
al Hijo con el Dios Todopoderoso hasta cayeron en desgracia por
un tiempo. Por ejemplo, Martin Marty dice de Atanasio: "Su
popularidad ascendió y descendió, y se le
desterró tantas veces [durante los años posteriores
al concilio] que se convirtió prácticamente en un
viajero que iba y venía"8. Atanasio pasó
años en el destierro porque hubo funcionarios
políticos y eclesiásticos que se opusieron a sus
puntos de vista de que el Hijo y Dios eran iguales.

De modo que es inexacto afirmar que el Concilio de
Nicea de 325 E.C. estableció o confirmó la
doctrina de la Trinidad. Lo que luego llegó a ser la
enseñanza de la Trinidad no existía en aquel
tiempo. La idea de que el Padre, el Hijo y (¿) el
espíritu santo (?) eran cada uno el Dios verdadero y eran
iguales en eternidad, poder, posición y sabiduría
aunque un solo Dios —un Dios de tres en uno— no se
produjo en ese concilio ni fue formulada por los primitivos
Padres de la Iglesia. Como declara The Church
of the First Three
Centuries:

"La doctrina popular moderna de la Trinidad […]
no deriva apoyo alguno del lenguaje de Justino [Mártir]: y
esta observación puede extenderse a todos los Padres
Antenicenos; es decir, a todos los escritores cristianos por tres
siglos después del nacimiento de Cristo. Es verdad que
ellos hablan acerca del Padre, el Hijo y el Espíritu santo
o profético, pero no como si fueran coiguales, ni como si
fueran una sola esencia numérica, ni como Tres en Uno, en
cualquiera de los sentidos admitidos ahora por los trinitarios.
Precisamente lo contrario es la realidad. La doctrina de la
Trinidad, como la explicaron esos Padres, era esencialmente
diferente de la doctrina moderna. Afirmamos esto como un hecho
tan demostrable como cualquier hecho en la historia de las
opiniones humanas".

"Desafiamos a cualquiera para que presente a un solo
escritor de renombre que, durante los primeros tres siglos,
creyera en esta doctrina [la Trinidad] en el sentido
moderno"9.

Con todo, Nicea preparó el camino
para el concepto posterior de la Trinidad. El libro Second
Century Orthodoxy (Ortodoxia del siglo segundo),
escrito por J. A. Buckley, menciona:

"Al menos hasta fines del siglo segundo, la Iglesia
universal permaneció unida en un sentido básico;
todos aceptaban la supremacía del Padre. Todos
consideraban al Dios Padre Todopoderoso como el único
supremo, inmutable, inefable y sin principio. […]

"Con la desaparición de esos escritores y
líderes del siglo segundo, la Iglesia se vio […]
deslizándose lenta pero inexorablemente hacia ese punto
[…] en que en el Concilio de Nicea se alcanzó la
culminación de toda esa socavación gradual de la fe
original. Una pequeña minoría volátil impuso
allí su herejía a una mayoría
condescendiente y, con el apoyo de las autoridades
políticas, coaccionó, engatusó e
intimidó a los que procuraban mantener sin mancha la
primitiva pureza de su fe"10.

Hasta aquí se había insinuado –pero
no del todo aceptado- que el Padre y el Hijo eran uno solo:
coiguales, coeternos y consubstanciales.

El Concilio de
Constantinopla

En 381 E.C., el Concilio de Constantinopla
confirmó el Credo de Nicea. Y le añadió
algo. Llamó al espíritu santo "Señor y
dador de vida". El credo ampliado de 381 E.C. (que es
sustancialmente el que se usa hoy en las iglesias y al que se
llama "el credo niceno") muestra que la cristiandad estaba a
punto de formular un dogma trinitario desarrollado. No obstante,
ni siquiera este concilio completó esa doctrina. La
New Catholic Encyclopedia
reconoce:

"Es interesante que, 60 años después de
Nicea I, el Concilio de Constantinopla I [de 381 E.C.]
evitó homoousios en su definición de la
divinidad del Espíritu Santo"11.

"Hay eruditos a quienes ha desconcertado la evidente
blandura de expresión de este credo; por ejemplo, la
ausencia de la palabra homoousios para decir que el
Espíritu Santo es consustancial al Padre y al
Hijo"12.

La misma enciclopedia admite: "Homoousios no
aparece en la Escritura"13. No, en la Biblia no se
usa esa palabra ni para decir que el espíritu santo es
consustancial a Dios ni para decir lo mismo del Hijo. Esa fue una
expresión no bíblica que ayudó a
conducir a la doctrina no bíblica —en realidad,
antibíblica— de la Trinidad.

Aun después de lo acordado en Constantinopla,
pasaron siglos antes de que la enseñanza de la Trinidad se
aceptara a través de toda la cristiandad. La New
Catholic Encyclopedia dice: "En el Occidente […]
parece haber predominado un silencio general con respecto a
Constantinopla I y su credo"14. Esta fuente muestra
que el credo de ese concilio no se reconoció en todas
partes del Occidente sino hasta el siglo VII o el
VIII.

En círculos eruditos también se reconoce
que el Credo de Atanasio, que con frecuencia se cita como
definición y apoyo normales de la Trinidad, no fue escrito
por Atanasio, sino por un autor desconocido mucho tiempo
después. The New Encyclopædia
Britannica comenta:

"La Iglesia Oriental no conoció el credo sino
hasta el siglo XII. Desde el siglo XVII los eruditos en general
han concordado en que el Credo de Atanasio no fue escrito por
Atanasio (quien murió en 373), sino que probablemente fue
compuesto en el sur de Francia durante el siglo V. […] La
influencia de ese credo parece haberse visto principalmente en el
sur de Francia y en España en los siglos VI y VII. Se
usó en la liturgia de la iglesia en Alemania en el siglo
IX y algún tiempo después en
Roma"15.

Cómo se produjo

La doctrina de la Trinidad tuvo una lenta evolución durante un período de
siglos. Las ideas trinitarias de filósofos griegos como Platón, que
vivieron varios siglos antes de Cristo, se introdujeron furtiva y
gradualmente en las enseñanzas eclesiásticas. Como
dice The Church of the First
Three Centuries:

"Sostenemos que la doctrina de la Trinidad fue
formándose gradualmente en tiempos comparativamente
tardíos; que se originó de una fuente enteramente
diferente de las Escrituras judías y cristianas; que las
manos de los Padres que impusieron la influencia de Platón
la desarrollaron y la injertaron en el cristianismo; que en el
tiempo de Justino, y mucho después, se enseñaron de
manera universal la naturaleza distinta y la inferioridad del
Hijo; y que entonces se había puesto de manifiesto solo la
silueta vaga elemental de la Trinidad"16.

Las tríadas o trinidades eran comunes en
Babilonia y Egipto antes de Platón. Y los esfuerzos de los
eclesiásticos por atraer a los incrédulos del mundo
romano llevaron a la incorporación gradual de algunas de
esas ideas al cristianismo. Esto condujo con el tiempo a que se
aceptara la creencia de que el Hijo y el espíritu santo
eran iguales al Padre.

La misma palabra "Trinidad" solo se aceptó
paulatinamente. En la segunda mitad del siglo segundo,
Teófilo, obispo de Antioquía de Siria,
escribió en griego e introdujo la palabra
tri·ás, que significa "tríada" o
"trinidad". Luego el escritor latino Tertuliano, de Cartago, en
el África septentrional, introdujo en sus escritos la
palabra trinitas, que significa "trinidad". Pero la
palabra tri·ás no se encuentra en las
Escrituras Griegas Cristianas inspiradas, y la palabra
trinitas no se halla en la traducción latina de la Biblia conocida
como la Vulgata. Ninguna de esas expresiones era
bíblica. Pero la palabra "Trinidad", basada en conceptos
paganos, se introdujo furtivamente en la literatura de las iglesias,
y después del siglo IV llegó a ser parte de su
dogma.

Por eso, no se trata de que los eruditos hubieran
examinado la Biblia cabalmente para ver si en ella se
enseñaba esa doctrina. Más bien, la política
seglar y la eclesiástica determinaron en gran parte la
doctrina. En el libro The Christian
Tradition (La tradición cristiana), el autor,
Jaroslav Pelikan, llama la atención sobre "los factores no
teológicos de la controversia, muchos de los cuales
parecían estar listos vez tras vez para determinar su
resultado, solo para que los contrapesaran otras fuerzas de igual
importancia. A menudo la doctrina pareció ser la
víctima —o el producto— de la política
eclesiástica y de conflictos de
personalidad"17. El señor E.
Washburn Hopkins, profesor de
Yale, lo expresó así: "La definición
ortodoxa final de la trinidad fue en gran parte un asunto de
política eclesiástica"18.

¡Qué irrazonable es la doctrina de la
Trinidad en comparación con la enseñanza
bíblica sencilla de que Dios es supremo y no tiene igual!
Como dice Dios: "¿A quién me asemejarán
ustedes o me harán igual o me compararán, para que
nos parezcamos uno al otro?". (Isaías
46:5.)

Qué representó

¿Qué representó la evolución
gradual del concepto de la Trinidad? Fue parte de la
apostasía del cristianismo verdadero que predijo
Jesús. (Mateo 13:24-43.) El apóstol Pablo
también había predicho la apostasía
venidera:

"Vendrá tiempo en que no soportarán la
enseñanza sana, sino que, llevados del propio capricho, se
rodearán de maestros para que les halaguen el oído, y
dejarán de escuchar la verdad, volviéndose de nuevo
a los mitos". (2
Timoteo 4:3, 4, La Biblia, versión
católica de Serafín de Ausejo.)

Uno de esos mitos fue la enseñanza de la
Trinidad. Algunos otros mitos ajenos al cristianismo que
también se produjeron gradualmente fueron: la inmortalidad
inherente del alma humana, el purgatorio, el limbo y el tormento
eterno en un infierno de fuego.

Entonces, ¿qué es la doctrina de la
Trinidad? En realidad es una doctrina pagana que se hace pasar
por cristiana. Esto lleva a que las personas también
estén dispuestas a aceptar otras ideas religiosas
falsas.

Referencias:

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ISAAC NEWTON Y LA
TRINIDAD

LA TRADICIÓN popular dice que la caída de
una manzana puso a sir Isaac Newton
en camino al descubrimiento de la ley universal de
la gravitación. Sea que haya algún grado de verdad
en esta tradición o no, es indudable que Newton era un
notable pensador. Tocante a su famosa obra científica
llamada Principia, se nos dice: "Todo el desenvolvimiento
de la ciencia
moderna empieza con este gran libro. Estuvo en boga por
más de 200 años."1

Famosos como fueron los descubrimientos
científicos de Newton, él mismo reconocía
humildemente sus limitaciones humanas. Era modesto. Poco antes de
su muerte en 1727 dijo de sí mismo: "No sé
qué le pareceré al mundo, pero a mi juicio no he
sido más que un niño que hubiera estado jugando
en la playa y entreteniéndose con hallar de vez en cuando
un guijarro más pulido o una concha marina más
bonita que los corrientes, mientras el océano de la verdad
se extendía en toda su amplitud ante mí sin que yo
hubiera descubierto su presencia."2

Newton comprendía que Dios es la Fuente de toda
la verdad, y en armonía con la profunda reverencia que
sentía por su Creador, parece que empleó aún
más tiempo buscando al Dios verdadero que buscando
verdades científicas. Un análisis de todo lo que escribió
Newton revela que de unas 3.600.000 palabras solo 1.000.000 se
dedicaron a las ciencias,
mientras que unas 1.400.000 tuvieron que ver con temas
religiosos.3

NEWTON LUCHA CON LA
DOCTRINA DE LA TRINIDAD

En sus escritos, Newton dio mucha atención a la
doctrina de la Trinidad. Una de sus más sobresalientes
contribuciones a la erudición bíblica de aquel
tiempo fue su obra An Historical Account
of Two Notable Corruptions of
Scripture [Un relato histórico de dos notables
corrupciones de la Escritura], que se publicó por primera
vez en 1754, veintisiete años después de su muerte.
En ésta repasó toda la evidencia textual disponible
de fuentes
antiguas sobre dos pasajes bíblicos, en Primera de Juan
5:7 y Primera a Timoteo 3:16.

En la Biblia en inglés
conocida como la Versión del Rey Jaime, Primera de Juan
5:7 dice, al verter el texto a español:

"Pues hay tres que dan testimonio en el cielo, el
Padre, el Verbo, y el Espíritu Santo: y estos tres son
uno
."

Utilizando los escritos de escritores primitivos de la
Iglesia, los manuscritos en griego y latín y el testimonio
de las primeras versiones de la Biblia, Newton
demostró
que las palabras "en el cielo, el
Padre, el Verbo, y el Espíritu Santo: y estos tres son
uno," en apoyo de la doctrina de la Trinidad, no
aparecían originalmente en las Escrituras Griegas

inspiradas. Entonces demostró la manera en que
la lectura
espuria se deslizó furtivamente en las versiones latinas,
primero como nota marginal, y luego en el texto mismo.
Mostró que fue introducida por primera vez en un
texto griego en 1515 por el cardenal Ximénez,
quien se
fundó para ello en un manuscrito griego tardío
corregido del latín. Finalmente, Newton consideró
el sentido y el contexto del versículo, y llegó a
esta conclusión: "Así el sentido es sencillo y
natural, y el argumento pleno y fuerte; pero si uno inserta el
testimonio de ‘los Tres en el Cielo’ lo interrumpe y
lo estropea."4

La porción más breve de esta
disertación tenía que ver con 1 Timoteo 3:16, que
dice (Versión del Rey
Jaime):

"Y sin controversia es grande el misterio de la
piedad: Dios fue manifestado en la carne, justificado en el
Espíritu, visto de ángeles, predicado a los
gentiles,
creído en el mundo, recibido arriba en
gloria."

Newton mostró cómo, mediante una
pequeña alteración en el texto griego, se
insertó la palabra "Dios" para hacer que la lectura
de la frase fuera: "Dios fue manifestado en la
carne."

Resumiendo ambos pasajes, Newton dijo: "Si las iglesias
antiguas, al debatir y decidir los más grandes misterios
de la religión, no sabían nada de estos dos textos,
no entiendo por qué nosotros deberíamos estar
especialmente encariñados con ellos ahora que los debates
han terminado."5 En los doscientos años y
más desde que Isaac Newton compiló ese tratado,
solo se han necesitado unas correcciones de importancia menor a
la evidencia que él adujo. Sin embargo, solo fue en el
siglo diecinueve cuando aparecieron traducciones bíblicas
en las cuales se corrigieron estos pasajes. Por cortesía
de la Biblioteca Bodleian, de Oxford, Inglaterra, en la
página siguiente se ilustra parte del manuscrito original
de Newton de su puño y letra.

¿Por qué no publicó Newton estos
hallazgos durante su vida? Un vistazo a las circunstancias de
aquellos tiempos quizás explique esto. Los que
escribían contra la doctrina de la Trinidad todavía
podían ser perseguidos en Inglaterra. En fecha tan
posterior como la de 1698 el Acta para la Supresión de la
Blasfemia y la Profanidad establecía que el negar que una
de las personas de la Trinidad fuera Dios era delito, punible
con la pérdida de cargo, empleo y
utilidad en la
primera ocasión, y encarcelación por una
repetición. William Whiston, un amigo de Newton (y
traductor de las obras de Josefo), perdió su
cátedra en Cambridge por esta razón en 1711. En
1693 un folleto en el cual se atacaba la Trinidad fue quemado por
orden de la Cámara de los Lores, y al año siguiente
su impresor y autor fue procesado. En 1697 Thomas Aikenhead,
un estudiante de dieciocho años acusado de negar la
Trinidad, fue ahorcado en Edimburgo, Escocia.6,
7, 8

POR QUÉ
NEWTON RECHAZÓ LA
TRINIDAD

Por sus estudios científicos Newton llegó
a tener en alta estima el ‘Libro de la Naturaleza’ y
vio en él la evidencia de diseño
procedente de Dios, el gran Autor. También creía
que la Biblia era la revelación de Dios y que siempre
estaba en armonía con el testimonio de la
creación."9

La Biblia era la piedra de toque de Newton para probar
las enseñanzas y la doctrina. Al considerar los credos de
la Iglesia, Newton hizo muy clara esta posición. Sobre la
base del octavo de los treinta y nueve artículos que
trataban del Credo Niceno, el Credo Atanasiano y el Credo de los
Apóstoles, dijo acerca de la Iglesia de
Inglaterra:

"Ella no requiere que los recibamos por la autoridad de
Concilios Generales, y mucho menos por la autoridad de
Convocaciones, sino solo porque se sacan de las Escrituras. Y
por eso, ¿estamos autorizados por la Iglesia para
compararlos con las Escrituras, y ver cómo y en
qué sentido se pueden deducir de allí? Y cuando
no podamos ver la Deducción no debemos confiar en la
autoridad de los Concilios y Sínodos."

Su conclusión fue aún más
enfática:

"Aun los Concilios Generales han errado y pueden errar
en asuntos de fe, y lo que decretan como necesario para la
salvación no tiene ninguna fuerza ni autoridad a menos
que se pueda mostrar que se toma de la santa
Escritura."10

La razón principal que tuvo Newton para rechazar
la Trinidad fue que cuando trató de verificar las
declaraciones de los credos y los concilios no encontró en
la Escritura ningún apoyo para esa doctrina.

Al pesar esta evidencia, Newton sostuvo con firmeza que
debería usarse razonamiento. Afirmaba que nada creado por
Dios estaba sin propósito y razón, y las
enseñanzas de la Biblia serían sustentadas por
aplicación similar de la lógica
y la razón. Hablando de los escritos del apóstol
Juan, dijo Newton: "Lo tengo en la honra de creer que
escribió con sensatez; y por lo tanto considero que su
sentido es el mejor."11 Por eso, como segunda
razón para rechazar la enseñanza de la Trinidad,
Newton declaró: "La homoousion [la doctrina de que el Hijo
es de la misma sustancia que el Padre] es ininteligible. No se
entendió en el Concilio de Nicea, ni desde entonces. Lo
que no se puede entender no es objeto de
creencia."12

Trata este mismo aspecto de la Trinidad el manuscrito de
Newton intitulado "Preguntas respecto a la palabra
Homoousios." Este revela una tercera razón por la
cual él negaba la Trinidad. Esta enseñanza no forma
parte del cristianismo primitivo. El conjunto de las preguntas
doce a catorce pone de relieve la
falta de lo que caracterice a esa doctrina como original del
primer siglo:

"Pregunta 12. ¿No fueron
Atanasio, Hilario, etc., quienes originalmente plantearon la
opinión de que las tres substancias eran iguales, en el
reinado de Juliano el Apóstata [361-363
E.C.]?

Pregunta 13. ¿No se
planteó originalmente la adoración del
Espíritu Santo poco después del Concilio de
Sárdica? [343 E.C.]

Pregunta 14. ¿No fue el
Concilio de Sárdica el primer Concilio que se
declaró en pro de la doctrina de la Trinidad
Consubstancial?"13

En otro manuscrito, que ahora se conserva en
Jerusalén, Newton resumió la única
respuesta a preguntas como ésas. "El apóstol nos
manda (2 Timoteo 1:13) retener el modelo de
palabras sanas. El sostener un lenguaje que no fue transmitido
ni por los profetas ni por los apóstoles es una
violación del mandato y los que lo rompen también
son culpables de las perturbaciones y los cismas que se ocasionan
con eso
. No basta con decir que un artículo de fe se
puede deducir de la escritura. Tiene que expresarse en el mismo
modelo de palabras sanas en que los apóstoles lo
entregaron."14

De modo que, sobre el fundamento de las Escrituras, la
razón y la enseñanza auténtica del
cristianismo primitivo, Newton averiguó que no
podía aceptar la doctrina de la Trinidad. Creía
firmemente en la soberanía suprema de Jehová Dios, y
en la posición apropiada de Jesucristo, de modo que ni
detraía de él como el Hijo de Dios ni lo elevaba a
la posición que su Padre ocupa.15 Al considerar
con John Locke el
pasaje de Daniel 7:9, escribió: "¿De qué
fuente te viene la seguridad de que
el Anciano de Días sea Cristo? ¿Se ve en alguna
parte a Cristo sentado en el Trono?"16 Es obvia
aquí su propia conclusión, y la claridad de su
pensamiento tocante a la relación del Padre con el Hijo
siempre queda patente en los escritos de Newton. Por eso en otras
partes recalca el punto de que la oración se puede hacer a
"Dios en el nombre del Cordero, pero no al Cordero en el nombre
de Dios."17

Quizás el mejor resumen de los argumentos
bíblicos que tenía Isaac Newton para repudiar la
Trinidad se encuentra en catorce ‘Argumentos,’
escritos en latín, para muchos de los cuales suministra
citas bíblicas. Los números cuatro a siete son
particularmente interesantes:

"4. Porque Dios engendró al Hijo en
algún tiempo, éste no tuvo existencia desde la
eternidad. Proverbios 8:23, 25.

5. Porque el Padre es mayor que el Hijo. Juan
14:28.

6. Porque el Hijo no sabía su última
hora. Mar. 13:32, Mat. 24:36, Rev. 1:1, 5:3.

7. Porque el Hijo recibió todas las cosas del
Padre."18

Una lectura cuidadosa de los escritos religiosos de
Newton no deja de impresionar al lector con la minuciosidad que
hay en ellos, y con una comprensión de lo mucho y profundo
de la meditación de Newton, además de su aptitud de
erudito y su comprensión de los idiomas originales de la
Biblia. Sus conclusiones respecto de la Trinidad merecen por lo
tanto nuestro respeto y
consideración, aunque él no se sintiera obligado a
hacerlas públicas durante su vida.

Hoy, cuando hay mucha más evidencia disponible
que aquella a la cual tuvo acceso Newton, nosotros también
deberíamos investigar nuestras creencias como él lo
hizo.

Referencias

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[Nota]

Hasta los últimos años este texto,
también, se citaba mucho en apoyo de la enseñanza
de la Trinidad, pero la mayoría de las versiones modernas
han puesto en el texto "él," en lugar de "Dios"; la
Biblia de Jerusalén, católica,
hasta añade una nota al pie de la página en la cual
señala que la referencia es a Cristo.

¿Qué hay de
los textos que se usan
en prueba de la
Trinidad?

Cualquier remisión a la Biblia como prueba tiene
que entenderse teniendo como contexto lo que toda la Biblia
enseña consecuentemente. Con mucha frecuencia los
versículos circundantes, que dan el contexto, aclaran el
verdadero significado del texto bíblico en
cuestión.

Tres en uno

EN LA New Catholic Encyclopedia se
presentan tres de esos textos bíblicos, "textos de
prueba", para apoyar la Trinidad, pero también se admite
lo siguiente: "La doctrina de la Santísima Trinidad no se
enseña en el A[ntiguo] T[estamento]. En el N[uevo]
T[estamento] la prueba más antigua está en las
epístolas paulinas, especialmente en 2 Cor 13:13
[versículo 14 en algunas Biblias] y en 1 Cor 12:4-6. En
los Evangelios, la prueba de la Trinidad se encuentra
explícitamente solo en la fórmula bautismal de Mat
28:19".

En esos versículos las tres "personas" se
enumeran como sigue en la Biblia de
Jerusalén. Segunda a los Corintios 13:13 (14)
reúne a las tres de este modo: "La gracia del Señor
Jesucristo, el amor de
Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con
todos vosotros". Primera a los Corintios 12:4-6 dice: "Hay
diversidad de carismas, pero el Espíritu es el mismo;
diversidad de ministerios,
pero el Señor es el mismo; diversidad de operaciones, pero
es el mismo el Dios que obra todo en todos". Y Mateo 28:19 dice:
"Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes
bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo".

¿Dicen esos versículos que Dios, Cristo y
el espíritu santo constituyan una Deidad trinitaria, que
los tres sean iguales en sustancia, poder y eternidad? No; no
dicen eso, tal como el enumerar a tres personas, como Pepe,
Pancho y Antonio, no significa que sean tres en uno.

La Cyclopedia of Biblical,
Theological, and Ecclesiastical
Literature, de McClintock y Strong, admite que esa clase
de referencia "solo prueba que se menciona a tres entidades,
[…] pero no prueba, por sí misma, que las tres
pertenezcan necesariamente a la naturaleza divina ni que posean
igual honra divina".

Aunque esa fuente es trinitaria, dice de 2 Corintios
13:13 (14): "No podríamos deducir con razón que
tuvieran igual autoridad ni la misma naturaleza". Y
de Mateo 28:18-20 dice: "Sin embargo, este texto, tomado por
sí mismo, no probaría decisivamente ni la
personalidad de las tres entidades mencionadas ni su
igualdad ni divinidad".

También se mencionó a Dios, Jesús y
el espíritu santo en el mismo contexto en la
ocasión del bautismo de Jesús. Este "vio descender
como paloma el espíritu de Dios que venía sobre
él". (Mateo 3:16.) Con todo, ahí no dice que los
tres sean uno. Muchas veces se menciona juntos a Abrahán,
Isaac y Jacob, pero eso no los hace uno. Aparecen juntos los
nombres de Pedro, Santiago y Juan, pero eso no los hace uno
tampoco. Además, puesto que el espíritu de Dios
descendió sobre Jesús en su bautismo, eso muestra
que Jesús no tuvo el espíritu sino hasta ese
momento. Puesto que así fue, ¿cómo pudiera
haber sido Jesús parte de una Trinidad en la cual
él siempre hubiera sido uno con el espíritu
santo?

Otra referencia que menciona a los tres juntos
está en algunas traducciones antiguas de la Biblia en 1
Juan 5:7. No obstante, los eruditos reconocen que esas palabras
no estaban originalmente en la Biblia, sino que fueron
añadidas mucho tiempo después. Correctamente, la
mayoría de las traducciones modernas omiten ese
versículo espurio.

Otros textos bíblicos que se dan como prueba
tratan solo de la relación entre dos: el Padre y
Jesús. Consideremos algunos de estos.

"Yo y el Padre somos
uno"

ESE texto, en Juan 10:30, suele citarse como apoyo para
la Trinidad, aunque en él no se menciona a una tercera
persona. Pero Jesús mismo mostró lo que
quería decir con que él y el Padre fueran "uno".
Según Juan 17:21, 22, oró a Dios para que sus
discípulos "todos ellos sean uno, así como
tú, Padre, estás en unión conmigo y yo estoy
en unión contigo, que ellos también estén en
unión con nosotros, […] que ellos sean uno así
como nosotros somos uno". ¿Estaba Jesús orando para
que todos sus discípulos llegaran a ser una sola entidad?
No; obviamente Jesús oraba para que estuvieran unidos en
pensamiento y propósito, como lo estaban él y Dios.
(Véase también 1 Corintios 1:10.)

En 1 Corintios 3:6, 8 Pablo dice: "Yo planté,
Apolos regó […] El que planta y el que riega uno son".
Pablo no quiso decir que él y Apolos fueran dos personas
en un solo ser; quiso decir que estaban unidos en
propósito. La palabra griega que Pablo usó
ahí para "uno" (hen) es neutra, y literalmente se
puede traducir "una (cosa)", lo que indica unidad en
cooperación. Es la misma palabra que usó
Jesús en Juan 10:30 para describir su relación con
el Padre. También es la misma palabra que Jesús
empleó en Juan 17:21, 22. Por eso, cuando usó la
palabra "uno" (hen) en estos casos, hablaba sobre unidad
de pensamiento y propósito.

Respecto a Juan 10:30, Juan Calvino (quien era
trinitario) dijo en su Comentario sobre el
Evangelio según Juan: "Los antiguos
dieron mal uso a este pasaje cuando quisieron probar con
él que Cristo es […] de la misma esencia que el Padre.
Pues Cristo no arguye sobre la unidad de la sustancia, sino sobre
la conformidad de él con el Padre".

En el mismo contexto de los versículos que siguen
a Juan 10:30 Jesús afirmó vigorosamente que con sus
palabras no alegaba ser Dios. Preguntó lo siguiente a los
judíos
que equivocadamente habían llegado a aquella
conclusión y querían apedrearlo: "¿Por
qué me acusan de blasfemia a mí, a quien el Padre
consagró y envió al mundo, si digo que soy Hijo de
Dios?". (Juan 10:31-36, NBE.) No; Jesús no
afirmó que fuera Dios Hijo, sino el Hijo de
Dios.

"Haciéndose igual a
Dios"

OTRO texto bíblico que se da como apoyo para la
Trinidad es Juan 5:18. Este dice que los judíos (como en
Juan 10:31-36) querían matar a Jesús porque
"también llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose
igual a Dios".

Pero ¿quién dijo que Jesús estaba
haciéndose igual a Dios? No fue Jesús. Él se
defendió de aquella acusación falsa en el
mismísimo versículo siguiente (19): "Jesús,
pues, tomando la palabra, les decía: ‘[…] el Hijo
no puede hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer al
Padre’" (BJ).

Al decir eso, Jesús mostró a los
judíos que no era igual a Dios y, por lo tanto, no
podía obrar por su propia iniciativa. ¿Podemos
imaginarnos que alguien que fuera igual al Dios Todopoderoso
dijera que ‘no podía hacer nada por su
cuenta’? (Compárese con Daniel 4:34, 35.) Es
interesante que el contexto de Juan 5:18 y 10:30 muestra que
Jesús se defendió de acusaciones falsas de
judíos que, como los trinitarios, ¡habían
llegado a conclusiones equivocadas!

¿"Igual a Dios"?

EN FILIPENSES 2:6 la versión católica
Scío de San Miguel
[Scío] dice de Jesús: "Que siendo en forma
de Dios, no tuvo por usurpación el ser él igual a
Dios". La Versión Reina-Valera de 1904 dice:
"El cual siendo en forma de Dios, no tuvo por rapiña ser
igual a Dios". Algunos todavía usan versiones que
presentan lecturas semejantes para apoyar la idea de que
Jesús era igual a Dios. Pero note cómo vierten
otras traducciones ese versículo:

1869: "quien, estando en la forma de Dios, no
consideró como para procurarse ávidamente el estar
en igualdad con Dios" (The New Testament,
por G. R. Noyes).

1965: "Él —¡en verdad de naturaleza
divina!— nunca desplegó confianza en sí mismo
haciéndose igual a Dios" (Das Neue
Testament, edición
revisada, por Friedrich Pfäfflin).

1968: "quien, aunque estaba en la forma de Dios, no
consideró que debería hacer suyo ávidamente
el ser igual a Dios" (La Bibbia
Concordata).

1972: "quien, a pesar de tener la forma de Dios, no
reputó como botín (codiciable) ser igual a Dios"
(Versión Nácar-Colunga).

1976: "Él siempre tuvo la naturaleza de Dios,
pero no pensó que por fuerza debería tratar de
llegar a ser igual a Dios" (Today’s English
Version).

1985: "Quien, estando en la forma de Dios, no
consideró la igualdad con Dios algo que debería
asir ávidamente" (The New Jerusalem
Bible).

1987: "quien, aunque existía en la forma de Dios,
no dio consideración a una usurpación, a saber, que
debiera ser igual a Dios" (Traducción del
Nuevo Mundo de las Santas
Escrituras).

Sin embargo, algunos alegan que aun estas versiones
más exactas dan a entender que 1) Jesús ya
tenía igualdad, pero no quería retenerla, o que 2)
no tenía que asirse ávidamente de la igualdad
porque ya la tenía.

A este respecto, Ralph Martin, en The
Epistle of Paul to the
Philippians (La epístola de Pablo a los
Filipenses), dice sobre el griego original: "Sin embargo, es
cuestionable el que el sentido del verbo pueda deslizarse de su
verdadero significado de ‘apoderarse de’,
‘arrebatar violentamente’ al de ‘tener
firmemente asido’". The Expositor’s
Greek Testament (El Testamento Griego del
expositor) dice también: "No podemos hallar ningún
pasaje en que αρπάζω
[har·pá·zo]
o alguna derivación suya tenga el sentido de ‘tener
en posesión’ o ‘retener’. Parece que
significa invariablemente ‘apoderarse
de’, ‘arrebatar
violentamente’. Por eso, no es permisible deslizarse
del verdadero sentido de ‘asir ávidamente’ a
uno que es totalmente diferente: ‘tener firmemente
asido’".

Por lo anterior es patente que los traductores de
versiones como la Scío y la Valera doblan
las reglas para apoyar fines trinitarios. Lejos de decir que
Jesús pensó que era apropiado ser igual a Dios, lo
que dice en griego en Filipenses 2:6, cuando se lee
objetivamente, muestra precisamente lo contrario, que
Jesús no pensó que fuera
apropiado.

El contexto de los versículos circundantes (3-5,
7, 8, Scío) aclara cómo debe entenderse el
versículo 6. A los Filipenses se les aconsejó:
"Humildad, teniendo cada uno por superiores á los otros".
Entonces Pablo emplea a Cristo como el ejemplo sobresaliente de
esta actitud: "Y el
mismo sentimiento haya en vosotros, que hubo también en
Jesucristo". ¿Qué "sentimiento"? ¿El de
‘no tener por usurpación ser igual a Dios’?
No, ¡eso sería precisamente lo contrario del punto
que se comunica! Más bien, Jesús, quien ‘tuvo
a Dios como su superior’, nunca ‘asiría
ávidamente la igualdad con Dios’; en vez de eso, "se
humilló a sí mismo, hecho obediente hasta la
muerte".

Sin duda, eso no puede estar refiriéndose a
ninguna parte del Dios Todopoderoso. Se refería a
Jesucristo, quien sirvió perfectamente para ilustrar el
punto de Pablo aquí, a saber, la importancia de la
humildad y de desplegar obediencia al Superior y Creador de uno,
Jehová Dios.

"Yo soy"

EN JUAN 8:58 algunas traducciones (por ejemplo, la
Biblia de Jerusalén) presentan a
Jesús diciendo: "Antes que naciese Abraham, Yo Soy". En
aquella ocasión, ¿estaba Jesús
enseñando, como sostienen los trinitarios, que a él
se le conocía por el título "Yo Soy"? Y,
según alegan ellos, ¿significa eso que él
era el Jehová de las Escrituras Hebreas, puesto que en
Éxodo 3:14 la Biblia de
Jerusalén dice: "Dijo Dios a Moisés:
‘Yo soy el que soy’"?

En Éxodo 3:14 (BJ) la frase "Yo soy" se da
como título a Dios para indicar que él en realidad
existía y haría lo que prometía. The
Pentateuch and Haftorahs, publicado por el
doctor J. H. Hertz, dice acerca de esa frase: "Para los
israelitas en cautiverio, el significado sería:
‘Aunque Él no ha desplegado todavía Su poder
para con ustedes, lo hará; Él es eterno y
ciertamente los redimirá’. La mayoría de los
modernos siguen a Rashi [comentarista francés de la Biblia
y el Talmud] al verter [Éxodo 3:14]
‘Seré lo que
seré’".

La expresión de Juan 8:58 es muy diferente de la
que se usa en Éxodo 3:14. Jesús no la usó
como nombre ni título, sino como medio de explicar la
existencia que tuvo antes de ser humano. Por consiguiente, note
cómo vierten Juan 8:58 otras versiones de la
Biblia:

1925: "antes que Abraham fuera criado, yo existo"
(Sagrada Biblia, Félix Torres
Amat).

1972: "Antes de que Abraham naciese, era yo"
(Sagrada Biblia, E. Nácar Fuster y A.
Colunga).

1978: "antes que Abraham naciese, ya existía yo"
(Nuevo Testamento, Felipe de
Fuenterrabía).

1979: "yo existo desde antes que existiera Abraham"
(Dios habla hoy, Versión
Popular).

1980: "Antes que Abraham existiera, yo existo"
(Sagrada Biblia, Pedro Franquesa y José M.
Solé).

1987: "Antes que Abrahán llegara a existir, yo he
sido" (Traducción del Nuevo
Mundo de las Santas
Escrituras).

Así pues, la verdadera idea de la
expresión griega usada en este pasaje es que el
"primogénito" (Jesús) creado por Dios había
existido mucho antes de que naciera Abrahán. (Colosenses
1:15; Proverbios 8:22, 23, 30; Revelación
3:14.)

De nuevo, el contexto muestra que este es el modo
correcto de entender lo que se dijo. Esta vez los judíos
quisieron apedrear a Jesús por afirmar que
‘había visto a Abrahán’ aunque, como
dijeron, él todavía no tenía 50 años
de edad. (Versículo 57.) La respuesta natural de
Jesús fue decir la verdad sobre su edad. Así que
naturalmente les dijo que ‘existía desde antes que
existiera Abraham’ (Versión
Popular).

"El Verbo era Dios"

EN JUAN 1:1 la Biblia de
Jerusalén dice: "En el principio la Palabra
existía y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era
Dios". Los trinitarios alegan que eso significa que "la Palabra"
(griego: ho ló·gos), quien vino a la
Tierra como
Jesucristo, era el Dios Todopoderoso mismo.

Sin embargo, note que una vez más el contexto nos
da la base para entender con exactitud el pensamiento. Observe
que se dice: "La Palabra estaba con Dios" (cursiva
nuestra). El que está "con" otro no puede ser ese otro. En
conformidad con eso, Journal of Biblical
Literature (Revista de
literatura bíblica), una publicación del jesuita
Joseph A. Fitzmyer, señala que si se interpretara la parte
posterior de Juan 1:1 como "el" Dios, esto "entonces
contradiría la cláusula precedente", la cual dice
que la Palabra estaba con Dios.

Note, también, cómo vierten otras
traducciones, en varios idiomas, esta parte del
versículo:

1808: "y la palabra era un dios" (The New
Testament in an Improved
Version, Upon the Basis of
Archbishop Newcome’s New
Translation: With a Corrected
Text).

1864: "y un dios era la Palabra" (The
Emphatic Diaglott, lectura interlineal, por
Benjamin Wilson).

1928: "y la Palabra era un ser divino" (La
Bible du Centenaire, L’Evangile selon
Jean, por Maurice Goguel).

1935: "y la Palabra era divino" (The
Bible—An American Translation, por J.
M. P. Smith y E. J. Goodspeed).

1946: "y de género
divino era la Palabra" (Das Neue Testament,
por Ludwig Thimme).

1958: "y la Palabra era un Dios" (The New
Testament, por James L. Tomanek).

1963: "y la Palabra era un dios"
(Traducción del Nuevo Mundo
de las Escrituras Griegas
Cristianas).

1975: "y un dios (o: de género divino) era la
Palabra" (Das Evangelium nach
Johannes, por Siegfried Schulz).

1978: "y de género parecido a Dios era el Logos"
(Das Evangelium nach Johannes, por
Johannes Schneider).

En Juan 1:1 aparece dos veces el sustantivo griego
the·ós (dios). La primera vez que aparece se
refiere al Dios Todopoderoso, con quien estaba la Palabra ("y la
Palabra [ló·gos] estaba con Dios [una forma
de the·ós]"). Este primer
the·ós está precedido por la palabra
ton (el), una forma del artículo definido griego
que señala a alguien claramente identificado, en este caso
el Dios Todopoderoso ("y la Palabra estaba con [el]
Dios").

Por otra parte, no hay artículo delante del
segundo the·ós en Juan 1:1. Eso haría
que una traducción literal dijera: "y dios era la
Palabra". Sin embargo, hemos visto que varias traducciones
vierten "divino", "parecido a Dios" o "un dios" este segundo
the·ós (un complemento predicativo).
¿Qué autoridad tienen para eso?

El lenguaje griego koiné tenía
artículo definido (como en español tenemos "el",
"la", y sus plurales), pero no tenía artículo
indefinido (como "un", "una" y sus plurales). Por eso, cuando un
complemento predicativo no está precedido por el
artículo definido, puede ser indefinido, dependiendo del
contexto.

Journal of Biblical
Literature dice que las expresiones "en las cuales un
predicado sin artículo precede al verbo son principalmente
de significado cualitativo". Como señala esa
publicación, esto indica que el
ló·gos puede ser asemejado a un dios.
También dice de Juan 1:1: "La fuerza cualitativa del
predicado es tan prominente que no puede considerarse definido el
sustantivo [the·ós]".

Esto quiere decir que Juan 1:1 destaca la cualidad de la
Palabra, que era "divino", "parecido a Dios", "un dios", pero no
el Dios Todopoderoso. Esto está en armonía con el
resto de la Biblia, que muestra que Jesús, llamado en este
pasaje "la Palabra" por su papel de Vocero de Dios, era un
subordinado obediente que fue enviado a la Tierra por su
Superior, el Dios Todopoderoso.

Hay muchos otros versículos bíblicos donde
traductores al español insertan el artículo
indefinido "un" cuando traducen oraciones griegas con esa misma
estructura,
aunque en español no siempre es necesario, pues en muchos
casos se transmite el mismo sentido con simplemente omitir el
artículo definido. Por ejemplo, en Marcos 6:49,
cuando los discípulos vieron que Jesús andaba sobre
el agua, la
Biblia de Jerusalén dice: "Creyeron
que era un fantasma". En el griego
koiné no hay ningún "un" delante de
"fantasma". Pero casi todas las traducciones añaden el
artículo indefinido "un". De la misma manera, Juan 1:1
muestra que la Palabra no era "Dios", sino "un dios" o
"divino".

Joseph Henry Thayer, teólogo y erudito que
trabajó en la producción de la versión en
inglés American Standard Version,
declaró sencillamente: "El Logos era divino, no el Ser
divino mismo". Y el jesuita John L. McKenzie escribió en
su Dictionary of the Bible:
"Rigurosamente, Jn 1:1 debe traducirse […] ‘la palabra
era un ser divino’".

¿Se viola una
regla?

NO OBSTANTE, algunos afirman que esas traducciones
violan una regla gramatical del griego koiné
publicada por el helenista E. C. Colwell allá en 1933.
Él sostuvo que en griego un complemento predicativo "tiene
el artículo [definido] cuando sigue al verbo; no tiene el
artículo [definido] cuando precede al verbo". Con eso
quería decir que un complemento predicativo que precede al
verbo debe entenderse como si en verdad tuviera delante el
artículo definido ("el" o "la" y sus plurales). En Juan
1:1, el segundo sustantivo (the·ós), el
complemento predicativo, precede al verbo: "y
[the·ós] era la Palabra". Por eso,
alegó Colwell, Juan 1:1 debe significar "y [el] Dios era
la Palabra".

Pero considere solo dos ejemplos que se hallan en Juan
8:44. En ese pasaje leemos en algunas versiones en español
que Jesús dijo que el Diablo era "un homicida" y
"un mentiroso". Tal como en Juan 1:1, aquí en el
texto griego los complementos predicativos ("homicida" y
"mentiroso") preceden a los verbos. No hay ningún
artículo indefinido precediendo a ninguno de estos
complementos predicativos porque en el griego koiné
no hay artículo indefinido. Pero algunas
traducciones al español insertan la palabra "un" por lo
que ven que piden la gramática griega y el contexto.

(Véanse también Marcos 11:32; Juan 4:19; 6:70;
9:17; 10:1; 12:6 en diversas versiones.)

Colwell tuvo que reconocer esto con relación al
complemento predicativo, pues dijo: "Es indefinido [pudiera ser
acompañado por "un" o "una" y sus plurales] en esta
posición solo cuando el contexto lo exige".
Así que hasta él admite que cuando el contexto lo
exige los traductores pueden insertar un artículo
indefinido delante del complemento predicativo en este tipo de
estructura oracional.

¿Exige el contexto un artículo indefinido
en Juan 1:1? Sí, porque lo que toda la Biblia atestigua es
que Jesús no es el Dios Todopoderoso. Por lo tanto, lo que
debe guiar al traductor en casos de esta índole no es la
controvertible regla de gramática de Colwell, sino
el contexto. Y es patente, por las muchas
traducciones en diversos idiomas que insertan el artículo
indefinido "un" en Juan 1:1 y en otros lugares, que muchos
eruditos no concuerdan con una regla tan artificial; y tampoco lo
hace la Palabra de Dios.

El contexto indica en Juan 1:18 que "A Dios
ningún hombre lo ha visto jamás". Así que no
es necesario ir tan lejos para ver que la Biblia en este pasaje
no está enseñando la igualdad de Jesús con
Dios.

No hay ningún
conflicto

¿ESTÁ en conflicto con la enseñanza
bíblica de que hay un solo Dios el decir que Jesucristo es
"un dios"? No, porque a veces la Biblia emplea el término
"dios" para referirse a criaturas poderosas. Salmo 8:5 dice:
"También procediste a hacerlo [al hombre] un poco menor
que los que tienen parecido a Dios [hebreo:
´elo·hím]", es decir, los
ángeles. En la defensa de Jesús contra la
acusación de los judíos de que él afirmaba
ser Dios, él señaló que "[la Ley] llama
dioses a aquellos a quienes se dirigió la Palabra de
Dios", es decir, a jueces humanos. (Juan 10:34, 35, BJ;
Salmo 82:1-6.) Hasta a Satanás se le llama "el dios de
este sistema de cosas" en 2 Corintios 4:4.

Jesús ocupa una posición mucho más
elevada que la de los ángeles, los hombres imperfectos o
Satanás. Puesto que se alude a estos como "dioses",
poderosos, de seguro Jesús puede ser y era "un dios". Por
su posición singular con relación a Jehová,
Jesús es un "Dios Poderoso". (Juan 1:1;
Isaías 9:6.)

Pero ¿no indica la expresión "Dios
Poderoso", con letras mayúsculas, que Jesús de
alguna manera es igual a Jehová Dios? De ningún
modo. Isaías simplemente profetizó que ese
sería uno de cuatro nombres que se darían a
Jesús, y en español estos nombres suelen escribirse
con mayúscula. Con todo, aunque a Jesús se le
llamó "Poderoso", solo puede haber uno que sea
"Todopoderoso". Carecería de importancia llamar
"Todopoderoso" a Jehová Dios si no existieran otros a
quienes también se llamara dioses, pero que ocuparan una
posición subalterna o inferior.

El Bulletin of the John
Rylands Library, de Inglaterra, indica que,
según el teólogo católico Karl Rahner,
aunque the·ós se usa en textos
bíblicos como Juan 1:1 con referencia a Cristo, "en
ninguno de esos casos se usa ‘theos’ de tal manera
que identifique a Jesús con aquel que en otros lugares del
Nuevo Testamento aparece como ‘ho Theos’, es decir,
el Dios Supremo". Y el Bulletin añade: "Si los
escritores del Nuevo Testamento creían vital que los
fieles confesaran a Jesús como ‘Dios’,
¿se puede explicar el que en el Nuevo Testamento haya una
ausencia casi completa de precisamente esa forma de
confesión?".

Pero ¿qué se puede decir de que el
apóstol Tomás dijera a Jesús: "¡Mi
Señor y mi Dios!", en Juan 20:28
? Para Tomás,
Jesús era como "un dios", especialmente en las
circunstancias milagrosas que impulsaron a Tomás a
expresarse como lo hizo. Algunos eruditos sugieren que es posible
que Tomás sencillamente saliera con una exclamación
emocional de asombro, hablada a Jesús, pero dirigida a
Dios. Fuera una cosa o la otra, Tomás no pensaba que
Jesús fuera el Dios Todopoderoso, porque él y los
demás apóstoles sabían que Jesús
nunca había afirmado ser Dios, sino que
enseñó que solo Jehová es "el único
Dios verdadero". (Juan 17:3.)

De nuevo, el contexto nos ayuda a entender esto. Pocos
días antes, Jesús ya resucitado había dicho
a María Magdalena que dijera a los discípulos:
"Asciendo a mi Padre y Padre de ustedes y a mi Dios y Dios de
ustedes". (Juan 20:17.) Aunque Jesús ya había sido
resucitado en la condición de espíritu poderoso,
Jehová todavía era su Dios. Y Jesús
siguió refiriéndose a Él como tal hasta en
el último libro de la Biblia, después de su
glorificación. (Revelación 1:5, 6; 3:2,
12.)

Solo tres versículos después de la
exclamación de Tomás, en Juan 20:31, la Biblia
aclara más este asunto al declarar: "Estas han sido
escritas para que ustedes crean que Jesús es el Cristo el
Hijo de Dios", no que fuera el Dios Todopoderoso. Y en este texto
se quiso decir "Hijo" en sentido literal, como cuando se habla de
un padre natural y su hijo, no como si Jesús fuera alguna
parte misteriosa de una Deidad trinitaria.

Tienen que concordar con
la Biblia

SE ALEGA que varios otros textos bíblicos apoyan
la Trinidad. Pero estos son similares a los que ya hemos
considerado, porque, cuando se examinan cuidadosamente, no
ofrecen verdadero apoyo a tal enseñanza. Esos textos solo
ilustran que cuando uno considera algún supuesto apoyo
para la Trinidad tiene que preguntarse: ¿Armoniza la
interpretación que se presenta con lo que
toda la Biblia enseña consecuentemente: que solo
Jehová Dios es Supremo? Si no es así, entonces esa
interpretación tiene que ser errónea.

También tenemos que tener presente que no hay
siquiera un "texto de prueba" que diga que Dios, Jesús y
el espíritu santo son uno en alguna misteriosa Deidad.
Ningún texto bíblico de ninguna parte de la Biblia
dice que los tres sean lo mismo en sustancia, poder y eternidad.
La Biblia revela consecuentemente al Dios Todopoderoso,
Jehová, como el único que es Supremo, a
Jesús como su Hijo creado, y al espíritu santo como
la energía de Dios.

LA TRINIDAD Y LA FILOSOFÍA
GRIEGA

La Encyclopædia Britannica
(edición de 1976) declara: "Desde mediados del siglo II
[es decir, el siglo que empezó en el año 100] A.C.,
los cristianos que tenían algún entrenamiento en
la filosofía griega empezaron a sentir la necesidad de
expresar su fe en los términos de ésta, tanto para
su propia satisfacción intelectual como para convertir a
paganos cultos. La filosofía que mejor les convenía
era el platonismo."

"Platonismo" se refiere a las enseñanzas del
filósofo griego Platón que nació alrededor
de 428 a. de la E.C. The New Schaff-Herzog
Encyclopedia of Religious Knowledge
indica una relación directa entre la doctrina de la
Trinidad y la filosofía de Platón al
decir:

"Muchos de los cristianos primitivos hallaron, a su
vez, atracciones peculiares en las doctrinas de Platón,
y las emplearon como armas para
defender y esparcir el cristianismo, o fundieron las verdades
del cristianismo en un molde platónico. Las doctrinas
del Logos [griego para "la Palabra"] y de la Trinidad
recibieron su forma de Padres griegos, quienes, de no estar
entrenados en las escuelas, fueron muy influenciados, directa o
indirectamente, por la filosofía platónica,
particularmente en su forma judeoalejandrina."

¿De qué modo emplearon esos "cristianos
primitivos" la filosofía de Platón al moldear la
doctrina de la Trinidad? Consideremos brevemente lo que
enseñó este filósofo griego.

De "Demiurgo" a "Logos"
pagano

Según Platón, todas las cosas que se
pueden ver y sentir son el resultado de "ideas" o "formas"
eternas impresas sobre la materia. Como
una hermosa escultura representa la idea del escultor impresa en
la piedra, así Platón creía que todo
el universo
físico debe su existencia a la influencia de un "mundo de
ideas" sobre la materia. Se decía que la "idea" suprema
era "lo Bueno," que Platón a veces identificaba con
Dios.

De interés
especial es la creencia de Platón acerca de la
creación del mundo. S. E. Frost, h., doctor en
filosofía, dice en The Basic
Teachings of the Great
Philosophers:

"En uno de los famosos Diálogos de
Platón, el Timaeus, él nos dice
cómo fue creado el mundo de nuestros sentidos. Hubo un
‘arquitecto,’ el ‘Demiurgo,’ que
unió el mundo ideal y la materia tal como un escultor
podría unir su idea y el mármol para producir una
estatua. Este ‘Demiurgo’ tenía ideas
perfectas de todo, y poseía una gran masa de materia.
Platón nunca nos dice de dónde vinieron
originalmente el ‘Demiurgo,’ ni las ideas, ni la
materia. Sencillamente estaban allí cuando comenzaron
las cosas. A medida que el ‘Demiurgo’ ponía
una idea en contacto con la materia, se creaba una
cosa."

El que puso esta teoría
en contacto con la Biblia fue un filósofo judío
conocido como Filón que nació entre 15 y 10 a. de
la E.C. Pero a lo que Platón llamaba el "Demiurgo"
Filón llamaba "el Logos." El Dr. Frost explica:

"Filón enseñaba que había
muchos poderes, o espíritus
, que irradiaban de Dios
como la luz podría irradiar de una lámpara. Uno
de estos poderes, al cual llamó ‘Logos,’ era
el creador del mundo. Este Logos, según enseñaba
él, trabajó con materia, y de ella creó
todo lo que hay en el universo. De
este modo, Dios, por medio del Logos, creó el universo.
Además, todo en el universo es una copia de una idea en
la mente de Dios. Esto nos recuerda la creencia de
Platón de que el mundo que experimentamos por medio de
nuestros sentidos es una copia de ideas que hay en el mundo
ideal. Y, en verdad, Filón estaba tratando aquí
de reconciliar la filosofía de Platón con la
religión judía."

Sin embargo, "la Palabra," o Logos, según Juan,
es diferente de la de Filón. Juan describe "la Palabra"
como una persona que "se hizo carne." (Juan 1:14) Esto no es
cierto del "Demiurgo" de Platón ni del "Logos" de
Filón.

Sin embargo, a principios de la era común ciertos
individuos transfirieron a "la Palabra" del Evangelio de Juan
características del "Demiurgo" y del "Logos" mencionados
en los escritos no bíblicos de Platón y
Filón. Puesto que ese pagano "Demiurgo" o "Logos"
evidentemente había existido siempre junto con el Dios
supremo, llegó a ser "ortodoxo" enseñar que
Jesús era coeterno con Dios. ¿Apoya la Biblia esa
conclusión?

Jesús y Dios…
¿"coeternos"?

Los clérigos de la cristiandad frecuentemente
citan textos bíblicos para probar que Jesús no tuvo
principio. Un ejemplo de esto es su manera de tratar Juan 8:57,
58, donde leemos: "Entonces los judíos le dijeron [a
Jesús]: ‘¿Aún no tienes cincuenta
años y has visto a Abraham?’ Jesús les
respondió: ‘En verdad, en verdad os digo: antes que
naciese Abraham, Yo Soy.’"

Ese texto en sí no dice nada acerca de
cuánto tiempo existió Jesús
antes de Abrahán. Pero los trinitarios razonan que quiere
decir que Jesús ha existido eternamente. Típico de
esto es lo que dice un comentarista: "Es importante observar la
distinción entre los dos verbos. La vida de Abrahán
estaba bajo las condiciones de tiempo, y por lo tanto tuvo un
comienzo temporal. Por ende, Abrahán llegó
a existir, o nació
[genésthai, griego]. La vida de Jesús era
desde y hasta la eternidad. En consecuencia la fórmula
para la existencia absoluta, sin tiempo,
yo soy [egò eimí,
griego]."

¿Cuál es la verdadera fuente de ese
razonamiento? La Encyclopædia of
Religion and Ethics de Hastings explica: "El
cristianismo adoptó de la filosofía griega, y hasta
cierto punto desarrolló en forma independiente, la idea
profunda y fructífera de la distinción entre el
tiempo y la eternidad, y entre llegar a ser y ser. Enunciada
claramente por primera vez por Parménides, c. 500
a.C. . . . , fue desarrollada por Platón, c. 390
a.C., con considerables detalles, especialmente en sus
Phædrus y Symposium."

Sin embargo, la Biblia no declara ni una sola vez que
Jesús es coeterno con Dios. Aunque Jesús
gozó de una existencia prehumana de duración no
especificada en el cielo, la Biblia muestra que su existencia
tuvo principio. Se le llama "Imagen de Dios
invisible, Primogénito de toda la creación" y "el
Principio [griego, arké] de las criaturas de
Dios."—Col. 1:15; Apo. 3:14.

El capítulo ocho de Proverbios emplea lenguaje
similar concerniente a la "sabiduría" personificada.
Allí, según la Versión de
los Setenta griega, la sabiduría habla de
sí misma como "el principio [arké] de sus
caminos [de Dios] para sus obras" y afirma haber existido "antes
que hubiese tiempo en el principio, antes que él hiciera
la tierra." (Pro. 8:22, 23, Bagster) ¿Sugiere esto
que la sabiduría personificada tuvo preexistencia eterna?
No, porque al principio del versículo veintidós la
sabiduría dice: "El Señor me hizo ["creó,"
éktise, griego]."

"Coigual"… también copiado
de Platón

¿Qué se puede decir acerca de la
enseñanza de que Jesús es coigual con Dios? Si uno
lee las Escrituras de por sí, nunca obtendrá esa
noción. Aunque la Biblia a veces aplica el término
"dios" a Jesús en su existencia prehumana y después
de su resurrección, emplea la misma terminología
con respecto a los ángeles creados. Por ejemplo, el
salmista declaró que Dios hizo a la humanidad "un poco
menor que los que tienen parecido a Dios." (Hebreo,
elohím, "dioses"; de los
Setenta, "ángeles.")—Sal. 8:5,
NM.

Sin embargo, muchos clérigos tratan de explicar
textos bíblicos que aplican el término "dios" a
Jesús como si dijeran que Jesús es completamente
igual a Dios. Esto se hace patente en muchos comentarios sobre la
declaración de Jesús: "Yo y el padre somos uno."
(Juan 10:30, Herder) Por ejemplo, el docto bíblico
C. J. Ellicott afirma: "Estas palabras aseveran la unidad en
poder y naturaleza del Padre y el Hijo. . . . ‘El Hijo es
de una misma sustancia con el Padre.’"

Se explica de modo similar la declaración del
apóstol Pablo de que "reside toda la Plenitud de la
Divinidad corporalmente" en Jesucristo. (Col. 2:9) El eminente
comentarista bíblico J. A. Bengel da un ejemplo de
razonamiento trinitario sobre este versículo: "La
Divinidad más completa mora en Cristo: no meramente los
atributos divinos, sino la naturaleza divina misma;
. . . por decirlo así, la entera esencia de la Divinidad
mora en Cristo muy directa y realmente."

Esto recuerda a uno la fraseología del "Credo de
Nicea" (325 E.C.) que declara que Jesús es "Dios verdadero
de Dios verdadero, engendrado, no hecho, consubstancial al
Padre." Según la New Catholic
Encyclopedia (1967), por la expresión
"consubstancial [griego, homoousios] al Padre" el Concilio
quiso "aseverar Su completa igualdad al Padre."

Sin embargo, para llegar a esa doctrina, la cristiandad
copió de nuevo a Platón, esta vez a una forma de
filosofía conocida como "neoplatonismo." La
"teología cristiana," hace notar la
Encyclopædia Britannica, "tomó la
metafísica neoplatónica de la
sustancia así como su doctrina de [esencias, o
naturalezas] como punto de partida para interpretar la
relación entre el ‘Padre’ y el
‘Hijo.’"

Pero, ¿qué quiso decir Jesús cuando
dijo: "Yo y el Padre somos uno"? J. H. Bernard, doctor en
divinidad, declara en A Critical and
Exegetical Commentary on the
Gospel According to St.
John:

"Una unidad de coparticipación, de voluntad, y
de propósito entre el Padre y el Hijo es un tema
frecuente en el Cuarto Evangelio . . . , y aquí se
expresa concisa y poderosamente; pero el forzar las palabras
para hacer que indiquen identidad de ousia [griego,
"sustancia," "esencia"], es introducir pensamientos que no
estaban presentes para los teólogos del primer
siglo."—Compare con Juan 5:18, 19; 14:9, 23; 17:11,
22.

La enseñanza de que Jesús es coigual y
coeterno con Dios no tiene fundamento en las Escrituras
inspiradas. Desde el comienzo hasta el fin resalta el hecho de
que la cristiandad ha copiado ideas del filósofo griego
Platón.

[Nota]

A menos que se indique lo contrario, todas las
citas bíblicas en este artículo se han tomado de
la versión católica Biblia de
Jerusalén.
En todo caso los textos pueden
compararse con la Versión Valera
Revisada que cuenta con aprobación
protestante.

¿Pudo tener Jesús
fe en Dios?

"¿CÓMO pudo tener fe Jesús?
Él es Dios. Ahora bien, la fe consiste precisamente en
depender de otro, está excluida la posibilidad de que
Jesús-Dios tuviera fe."

Según el teólogo francés Jacques
Guillet, esta es la opinión general del catolicismo.
¿Le sorprende esta explicación? Es posible que
piense que como Jesús es un ejemplo para los cristianos en
todo, también debe ser un modelo de fe. En tal caso, no ha
tomado en cuenta el dogma de la Trinidad que enseña la
cristiandad.

La cuestión de la fe de Jesús es en
realidad un enigma para los teólogos católicos,
protestantes y ortodoxos que creen en la Trinidad como "el
misterio central de la fe y de la vida cristiana". Ahora bien, no
todos niegan que Jesús tuviera fe. Jacques Guillet afirma
que "es imposible no reconocer que Jesús tuvo fe", aun
cuando admite que es una "paradoja" a la luz de la doctrina de la
Trinidad.

El jesuita francés Jean Galot, y como él
la mayoría de los teólogos, dice
explícitamente que siendo "verdadero Dios y verdadero
hombre, […] Cristo no puede creer en sí mismo". "La fe
consiste en creer en otro ser, no creer en uno mismo", observa
el
periódico La Civiltà
Cattolica. El obstáculo para reconocer la fe de
Jesús es, pues, el dogma de la Trinidad, ya que los dos
conceptos son claramente contradictorios.

"Los evangelios nunca hablan de la fe de Jesús",
dicen los teólogos. En efecto, los términos que se
utilizan en las Escrituras Griegas Cristianas,
pi·stéu·o (creer, tener fe) y
pí·stis (fe), se refieren, por lo general, a
la fe de los discípulos en Dios o en Cristo, y no a la fe
de Cristo en su Padre celestial. ¿Debemos concluir,
entonces, que el Hijo de Dios no tenía fe?
¿Qué podemos entender de lo que hizo y dijo?
¿Qué enseñan las Escrituras?

¿Oraciones sin
fe?

Jesús era un hombre de oración. Oró
en todo momento: cuando fue bautizado (Lucas 3:21), toda la noche
antes de escoger a sus doce apóstoles (Lucas 6:12, 13) y
antes de su transfiguración milagrosa en la
montaña, con los apóstoles Pedro, Juan y Santiago.
(Lucas 9:28, 29.) Estaba orando cuando uno de los
discípulos le pidió: "Enséñanos a
orar", y entonces les enseñó la oración del
padrenuestro. (Lucas 11:1-4; Mateo 6:9-13.) Oraba solo y durante
largo rato temprano por la mañana (Marcos 1:35-39); al
atardecer, en una montaña, después de despedir a
sus discípulos (Marcos 6:45, 46); con sus
discípulos y por sus discípulos. (Lucas 22:32; Juan
17:1-26.) Sí, la oración fue una parte importante
de la vida de Jesús.

Oró antes de ejecutar milagros; por ejemplo,
antes de resucitar a su amigo Lázaro: "Padre, te doy
gracias porque me has oído. Cierto, yo sabía que
siempre me oyes; pero a causa de la muchedumbre que está
de pie en derredor hablé, a fin de que crean que tú
me has enviado". (Juan 11:41, 42.) La certeza de que su Padre
contestaría aquella oración indica la fuerza de su
fe. Esta relación entre la oración a Dios y su fe
en él se evidencia en lo que dijo a sus discípulos:
"Todas las cosas que oran y piden, tengan fe en que pueden darse
por recibidas". (Marcos 11:24.)

Si Jesús no tenía fe, ¿por
qué oró a Dios? La doctrina no bíblica de la
Trinidad —Jesús era hombre y Dios al mismo
tiempo—, que enseña la cristiandad, oscurece el
mensaje de la Biblia. Impide que la gente entienda la sencillez y
la fuerza de esta. ¿A quién invocó el hombre
Jesús? ¿A sí mismo? ¿No sabía
que era Dios? Y si era Dios y lo sabía, ¿por
qué oró?

Las oraciones que Jesús pronunció el
último día de su vida terrestre nos permiten
entender con más profundidad la fe firme que tenía
en su Padre celestial. Pidió con esperanza y seguridad:
"Así que ahora, Padre, glorifícame al lado de ti
mismo con la gloria que tenía al lado de ti antes que el
mundo fuera". (Juan 17:5.)

La noche que estuvo en el jardín de
Getsemaní, en el monte de los Olivos, sabía que sus
pruebas
más difíciles y su muerte eran inminentes, por lo
que "comenzó a contristarse y a perturbarse en gran
manera", y dijo: "Mi alma está hondamente contristada,
hasta la muerte". (Mateo 26:36-38.) Luego se arrodilló y
oró: "Padre, si deseas, remueve de mí esta copa.
Sin embargo, que no se efectúe mi voluntad, sino la tuya".
Entonces "se le apareció un ángel del cielo y lo
fortaleció". Dios escuchó su oración. Debido
a la intensidad de sus emociones y la
severidad de la prueba, "su sudor se hizo como gotas de sangre que
caían al suelo". (Lucas
22:42-44.)

¿Qué indican los sufrimientos de
Jesús, la necesidad de ser fortalecido y sus
súplicas? "Una cosa es cierta —escribe Jacques
Guillet—: Jesús oró, y la oración fue
una parte esencial de su vida y actuación. Oró como
oran los hombres, y oró en favor de los hombres. Ahora
bien, las oraciones de los hombres son inconcebibles sin fe.
¿Serían concebibles las oraciones de Jesús
sin fe?"

Cuando estaba colgado en el madero de tormento,
Jesús clamó con voz fuerte poco antes de morir, y
citó un salmo de David. Luego, con fe y voz fuerte
clamó una última súplica: "Padre, en tus
manos encomiendo mi espíritu". (Lucas 23:46; Mateo 27:46.)
Una traducción italiana interconfesional, Parola
del Signore, dice que Jesús
‘encomendó su vida’ al Padre.

Jacques Guillet comenta: "Al mostrarnos al Cristo
crucificado clamando al Padre mediante los salmos de Israel, los
escritores del Evangelio nos convencen de que aquel clamor, el
clamor del Hijo unigénito, un clamor de angustia total, un
clamor de confianza plena, es un clamor de fe, un clamor de una
muerte con fe".

Ante esta clara e impresionante demostración de
fe, algunos teólogos intentan hacer una distinción
entre fe y "confianza". Sin embargo, esta distinción no
está fundamentada en las Escrituras.

Pues bien, ¿qué revelaron exactamente en
cuanto a su fe las pruebas severas que Jesús
aguantó?

¿No creía él
en la Palabra de
Dios?

La doctrina de la Trinidad condiciona de tal modo el
pensar de los teólogos que llegan al extremo de afirmar
que Jesús "no puede creer en la Palabra de Dios y
su mensaje" porque, "como es la misma Palabra de Dios, solo puede
proclamar esa palabra". (Angelo Amato, Gesù
il Signore, con el imprimátur
eclesiástico.)

No obstante, ¿qué muestran realmente las
continuas referencias de Jesús a las Escrituras?
Cuando fue tentado, citó de las Escrituras tres
veces. Con su tercera respuesta mostró a Satanás
que adoraba únicamente a Dios. (Mateo 4:4, 7, 10.) En
varias ocasiones Jesús mencionó profecías
que tenían que ver con él mismo y mostró fe
en su cumplimiento. (Marcos 14:21, 27; Lucas 18:31-33; 22:37;
compárese con Lucas 9:22; 24:44-46.) Este examen nos lleva
a la conclusión de que Jesús conocía las
Escrituras inspiradas por su Padre
, las observó con fe
y tuvo confianza plena en el cumplimiento de las profecías
que predecían sus pruebas, sufrimiento, muerte y
resurrección.

Jesús, el Modelo de
fe que debe imitarse

Jesús tuvo que pelear la pelea de la fe hasta el
fin para ser leal a su Padre y ‘vencer al mundo’.
(Juan 16:33.) Sin fe es imposible conseguir tal victoria.
(Hebreos 11:6; 1 Juan 5:4.) Jesús fue un ejemplo para sus
fieles seguidores en virtud de su fe victoriosa. Ciertamente tuvo
fe en el Dios verdadero.

Hebreos 2:10: "Le fue propio a aquel por
cuya causa todas las cosas son y mediante el cual todas las cosas
son, al llevar a la gloria a muchos hijos, perfeccionar
mediante sufrimientos al Agente Principal de su
salvación."

Hebreos 2:17, 18: "Le era preciso
llegar a ser semejante a sus
‘hermanos’ en todo
respecto, para llegar a ser un sumo sacerdote
misericordioso y fiel en cosas que tienen que ver con Dios, a fin
de ofrecer sacrificio propiciatorio por los pecados de la gente.
Pues por cuanto él mismo ha sufrido al ser
puesto a prueba, puede ir en socorro de los
que están siendo puestos a prueba."

Hebreos 3:2: "Él fue fiel a
Aquel que lo hizo tal, así como Moisés
también lo fue en toda la casa de Aquel."

Hebreos 4:15: "No tenemos como sumo
sacerdote a uno que no pueda condolerse de nuestras debilidades,
sino a uno que ha sido probado
en todo sentido igual que
nosotros, pero sin pecado."

Hebreos 5:7-9: "En los días de su
carne Cristo ofreció ruegos y también
peticiones a Aquel que podía salvarlo de la muerte,
con fuertes clamores y
lágrimas, y fue oído favorablemente por
su temor piadoso. Aunque era Hijo,
aprendió la obediencia por
las cosas que sufrió; y
después de haber sido perfeccionado
vino a ser responsable de la salvación eterna."

CONCLUSIONES

Lo que he dicho en esta investigación no es todo lo que pueda
decirse de la doctrina de la Trinidad. Yo no soy erudito, ni soy
un iniciado o iluminado…. Nada.

Pero creo que todo aquél que diga ser cristiano
debe estar convencido de lo que cree. Ser cristiano es motivo de
convicción, es moverse por convicción NO por
tradición.

Espero que en su criterio usted se cuestione si
está siguiendo enseñanzas bíblicas o
anticristianas.

Cuestiónese usted. Busque a Dios y busque
agradarle a Él. Tal vez si usted está adscrito a
alguna religión no les parecerá si deja de ir con
ellos. Pero es que… cómo se lo digo:

¿A quién va usted siguiendo: a Dios o a su
religión o a sus hermanos?

Sí importa que religión está
siguiendo
porque puede usted estar limpio o totalmente
embarrado de mentiras.

Sí importa porque la Biblia habla de un reajuste
de cuentas con la
humanidad, usted estará de pie ante su tribunal y
dará cuentas de lo que cree o de lo que
prefirió creer con tal de que todo fuese
más suave.

Pregúntese ¿Habrá alguna
religión que enseñe que hay un solo Dios verdadero?
¿Habrá una religión que no crea en la
Trinidad?

"Conozcan que te es propio el nombre de Jehová
[…] tú eres el único altísimo sobre
toda la tierra
"

Salmo 83:18, versión Torres-Amat,
católica.

Si SOLO JEHOVÁ ES EL ALTÍSIMO,
¿por qué le damos tantas vueltas? ¿Por
qué preferimos creer en lo que simplemente nos han
enseñado sin cuestionarlo?

  • ¿Qué religión enseña que
    JEHOVÁ –y solo JEHOVÁ- es Dios?
  • ¿Qué religión lo sabe y lo
    enseña al salir a predicar por las calles y por las
    casas como lo hizo Jesús mismo y todos sus
    apóstoles?

Mateo 24:14; Marcos 13:10; Lucas 8:1,2;
Lucas 10:1; Hechos 5:42

Usted tiene la respuesta. Usted tiene la
decisión final. Usted es responsable ante Dios de sus
actos

Roberto Quero Martínez

Partes: 1, 2
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